Un Sistema de remedios vibracionales que conjuga la acción de las esencias florales con la resonancia del oro.

En la Edad Media se pensaba que el oro tratado y convertido, según un proceso especial, adquiría cualidades energéticas, capaces de liberar poder curativo. Poder éste que tradicionalmente se suponía era el rey, el elixir de la larga vida, con capacidad de curar todas las enfermedades del cuerpo, el alma y el espíritu.

Paracelso lo usaba como la "Panacea Universal". Hoy día, a través del conocimiento de la nueva física y la investigación de la medicina vibracional, se va re descubriendo esta cualidad "áurica" tan altamente estimada en la antigüedad.

La Tradición Alquímica consideraba que, al ser metal noble por excelencia, su energía vibracional/Áurea, era capaz de ennoblecer aspectos de la "Psique" mancillados por la personalidad, devolviéndole su estado "Dorado". Claro está, que no se trata de un oro metálico y de una acción o cualidad de orden físico, sino vibracional.

Las Esencias Áureas son un novísimo sistema de remedios vibracionales, que si bien pueden relacionarse con las esencias florales convencionales, se diferencian por un mayor rango y direccionalidad energética. Dicha diferencia tiene su origen, fundamentalmente, en los procesos de elaboración, ya que en ellos se sintetizan tanto protocolos florales convencionales, como viejos y olvidados conocimientos espagíricos. Estos últimos les confieren resonancia o vibración "áurea".

El por que de estas novedosas esencias, tiene mucho que ver con la búsqueda de un nuevo "techo" en la "cura" del ser humano, tanto de los desequilibrios conocidos, como de desequilibrios ignorados relacionados con la amnesia "primordial" del hombre. Como fruto de esta síntesis de elaboración y de esta nueva resonancia, se obtiene una acción más directa y eficaz, pero a la vez múltiple, que posibilita una amplísima utilización con un número reducido de elementos. Son extraordinariamente eficaces en liberar y aliviar, al tiempo y sin alternancias, los bloqueos emocionales y la somatización de dichos bloqueos.

La acción más directa se debe a la estimulación precisa de frecuencias en determinadas "llaves energéticas" que están "dormidas" en cuanto a su potencial, en la inmensa mayoría de los seres humanos. Dichas llaves son la pineal y el timo. A través de esta estimulación se produce una importante reducción de la incertidumbre y una más "lúcida" y rápida capacidad de apreciación de sí y del entorno; incrementando, con ello, la prioridad de lo esencial frente a lo existencial, y haciendo posible la asunción de los defectos psicológicos de la personalidad y la posibilidad de cambios internos reales (o del psiquismo celular).

Normalmente, los cambios trascendentes son tan escasos, que al hombre ordinario se le antoja excepcional todo aquel que ha logrado erradicar de sí, la incertidumbre y la amnesia primordial. La mayoría de las transformaciones no suelen pasar de cambio de pensamiento, de puntos de vista, de ilusiones transitorias que cíclicamente caen, o en el mejor de los casos, la consecución de mayor sosiego por cese de "luchas" existenciales. Pero a pesar del cumplimiento "literal" de "instrucciones transcendentes", la amnesia no suele desaparecer y la incertidumbre acompaña al hombre de por vida.

La clave de la dificultad para un cambio trascendente está en las células, o para ser más exactos, en la información psíquica de las células o "información psíquica celular". Dicha información (en gran medida, adquirida por vía genética), "nutre" las áreas cerebrales, determinando la tendencia mental y el techo de lucidez. Esta nutrición es posible al estar la pineal fuera del rango de frecuencias que atraerían la memoria de uno mismo. Este "psiquismo celular nutridor" es una amalgama de diversos y dispares paquetes "psíquicos" de los ancestros próximos superpuestos y "mezclados" con la información esencial. Dicho de otro modo, la "mente celular" está constituida por información "propia" (genuina) y "ajena" (psiquismo familiar). Dicha "mezcla" limita el techo de lucidez y es el germen de la conflictividad interna y la tendencia sistemática al desequilibrio. Es por esto que aunque los individuos, frecuentemente, creen cambiar, se ven abocados a repeticiones de acontecimientos, aprendizajes o experiencias de vida. Nada cambia "realmente" en la conciencia, si no hay acciones cotidianas conducentes a una verdadera transmutación en la información celular. Acciones relacionadas con la sinceridad, la sencillez y la reducción de la importancia personal".

Las Esencias Áureas están divididas en tres grupos o sistemas de 11 remedios cada uno. Dichos grupos pueden usarse coordinada o separadamente, puesto que cada uno de ellos es un sistema completo. Los tres grupos tienen la misma direccionalidad (cambio de frecuencias) pero a tres niveles o rangos, por entender tres realidades o rangos energéticos en el hombre. Por lo tanto, la utilización de un sistema u otro dependerá de la situación de partida del sujeto en cuanto a la capacidad de asunción interna de sí y de la evaluación de sus desequilibrios fundamentales.

El primer grupo se denomina "Flores del Alba" y va dirigido a minimizar la nutrición de la información celular ajena, información que hace predominar a la "conciencia biológica" sobre la "conciencia esencial" y refuerza los defectos psicológicos. El trabajo principal de este grupo floral es sobre la información psíquica celular transmitida generacionalmente; así como sobre bloqueos de la información celular adquiridos por incoherencias de vida. Este grupo es el más parecido terapéuticamente a los sistemas de esencias florales convencionales ya que no solamente corrige o alivia desordenes emocionales y bioenergéticos sino que tiene como propósito llevar a un equilibrio emocional lo suficientemente estable como para poder plantearse cambios más profundos de sí. Su uso igualmente es muy sencillo, con el añadido de poderse manejar cualquier situación con máxima eficacia y sólo 11 elementos. En su utilización suele haber apreciaciones subjetivas de desaparición de la incertidumbre, la angustia y el "vacío" interior, todo lo cual aproxima a la posibilidad de sinceridad real y corrección de tendencias desequilibrantes.

El segundo grupo se denomina "Damas Áureas" por tener como base floral a la Epiphylliun oxypetalum conocida como Dama de Noche. Su acción energética es primordialmente mental, pues ayuda en el alineamiento de cualidades vibracionales de las áreas cerebrales y en la erradicación de los defectos psicológicos. Dichos defectos están íntimamente asociados a "alteraciones emocionales capitales" sustentadas por la búsqueda de singularidad y la necesidad de identificación e importancia personal; lo cual empuja a mantener una inercia de desvío constante de las metas de autoconocimiento. Estas esencias trabajan sobre nueve defectos de apreciación fundamentales. Son defectos energéticos, si bien pueden relacionarse con conceptos como ira, soberbia, lujuria, etc. Defectos ellos, sustentados por la necesidad de "importancia personal" o imagen propia. En la medida en que disminuye la referida necesidad, aumenta la activación pineal correcta y con ello la posibilidad de salir del circulo vicioso activado desde la "mente/mentira celular" y la mente ordinaria. Convendría valorar mucho este grupo de remedios, teniendo en cuenta, que en la mayoría de los desequilibrios y enfermedades juegan un papel muy importante los referidos "defectos psicológicos". Están dirigidas a "conectar" y armonizar el nivel mental y el emocional (cabeza y corazón).

El tercer grupo son las "Rosas de Percival". La base floral de este grupo son 11 rosas y su vibración áurea tiene mayor relieve. El fin de este grupo es potenciar las informaciones genuinas (originales) instaladas en la resonancia sanguínea y unificar la resonancia de las áreas cardiacas y el timo, para armonizarlas con los niveles celular y mental. La llave para que la rosa que duerme en el pecho florezca, es el timo y cuando este vierte su "nueva fragancia" a la sangre ésta se vuelve "regia" y "cambia de color" (transmutaciones energéticas del hidrógeno) y es entonces cuando ella recibe la luz directa del "ojo sano" (epífisis) y puede transmutar la carne (las células) y fusionar las siete áreas cerebrales (Menorah).-Paracelso-. Los dos primeros grupos (Alba, Damas) son de un facilísimo manejo, caracterizándose por tener las mismas bondades de inocuidad de las esencias florales, incluso con menor posibilidad de "crisis curativas" y con excepcionales resultados en cualquier tipo de desequilibrio o dolencia por aguda que sea. Las Rosas son igualmente bondadosas en su manejo, pero es conveniente una mínima instrucción para su mayor eficacia. En la aplicación de las Rosas es importante que el individuo tenga sincera y honesta necesidad interior de cambio.

Las Flores Áureas no tienen acción o efecto fisiológico alguno, y todas las acciones referidas anteriormente son de cambios frecuenciales o vibracionales sin ninguna consecuencia biológica y si vibracional en cuanto a cambio de consciencia o apreciación. Aunque por lo expuesto, podrían parecer de uso restringido a trabajo personal, no es así, ya que son extraordinariamente valiosas en terapéutica convencional, pues como reitera el Dr. Bach la enfermedad se da como resultado del alejamiento entre alma y personalidad o conflictos entre mundo interno y mundo externo. Si tienen oportunidad pruébenlas, ellas son la muestra viva de este mensaje y mejores emisarias que el mensajero.

Pedro López Clemente

Naturópata, Elaborador Floral y Director de Esencias Florales del Mediterráneo.

 


Nota publicada en la revista Uno Mismo – Año 26/Nº 314/Julio 09..